Han pasado 158 años desde aquel 24 de febrero en el que quedó grabado para siempre en la memoria de la historia del Paraguay aquel gesto de las mujeres quienes en pleno conflicto bélico donaron sus pertenencias de valor con el objetivo de aportar a la reconstrucción del país. 

Independientemente de este hecho, ese gesto describe a la perfección a nuestras valiosas mujeres: el desapego por un fin mayor, la generosidad, valentía, el compromiso, la resiliencia, el tomar la iniciativa y el accionar en momentos difíciles con firmeza pero con la nobleza y el amor infinito en el corazón; son valores que las representan hasta nuestros días en cada una de las tareas que realizan. 

La lucha de las mujeres paraguayas han logrado avances significativos en distintas áreas como la esfera política, ocupando roles claves y contribuyendo de manera sustancial a la toma de decisiones. Hoy, este camino sigue en proceso de construir una sociedad igualitaria y justa.

Más allá de ser una celebración, es una fecha para homenajear y destacar el papel esencial que desempeñan las mujeres en distintos ámbitos de la sociedad, a la vez de renovar el compromiso para continuar construyendo un país donde las mujeres  puedan desenvolverse en libertad e igualdad. 

Desde 1867 hasta nuestros días, las mujeres son protagonistas de la historia como emblema eterno de esperanza en momentos de adversidad. Nuestro agradecimiento a todas ellas: mujeres profesionales que con perseverancia se abren camino aportando su talento y su conocimiento y mujeres que se dedican al arduo y noble trabajo en el hogar y la crianza de los hijos educando con amor y transmitiendo esos valores mencionados que un futuro transformarán nuestro país.