La ponencia presentada por el ministro de la Corte Suprema de Justicia, doctor José Altamirano señala que existen cuatro tipos de posibles visiones que ayudan a comprender que lugar ocupa dentro del imaginario colectivo la realidad de los indígenas.

Entre estas visiones cita la exterminación, con la cual  se pretende aniquilar a los pueblos indígenas, sustentados en la teoría de la eliminación de los pueblos primitivos, bárbaros y de existencia irrelevantes para nuestros “Estados actuales”; asimilacionista, que  supone la aceptación de la existencia de grupos indígenas dentro del territorio de un Estado;  Conservacionista o musológica que es dejar que sobrevivan, pero sin intentar un crecimiento mediante el diálogo con los grupos étnicos, respetando sus culturas, y Participación, que es la que reconoce y valora las riquezas culturales del sector, así como la limitación de las mismas, pretendiendo generar un diálogo y la convivencia colectiva hacia una unidad en la diversidad.

El ministro Altamirano señala, además en su ponencia que la Constitución Nacional de 1992 en el preámbulo no hace mención a los pueblos indígenas como lo hacen Bolivia, Guatemala, Ecuador, pero si en la parte dogmática cuando señala que “.Esta Constitución reconoce la existencia de los pueblos indígenas, definidos como grupos de cultura anteriores a la formación y a la organización del Estado paraguayo”.

Reconoce que si bien, el derecho positivo considera y gratifica la existencia de los pueblos ancestrales, el problema fundamental a nivel local no se relaciona a la falta de normas, sino al cumplimiento efectivo de las mismas, es decir, la ejecución normativa. Recomienda, dejar de preocuparse de los indígenas para pasar a ocuparse en serio de ellos, así como ver el rostro humano y sus realidades particulares, escuchando y exigiendo que el ”Estado” les posibilite mantener su cultura, pero sin tenerlo como extraños y excluidos de la realidad nacional, y respetando sus modos y practicas ancestrales.

El idioma guaraní también forma parte de su ponencia, sobre todo la reubicación del mismo en la cultura paraguaya o en la paraguayidad, teniendo en cuenta que gran índice de la población, es decir, unos 4.000.000 de personas hablan este idioma sobre unos 3 millones que hablan netamente el castellano. Manifiesta que con estos datos se evidencia claramente la preeminencia del guaraní sobre el español en lo que respecta a los hablantes, sin embargo, a nivel educativo se da lo contrario, resaltando, el ministro la falta de una política lingüística.

En otra parte de su ponencia, el miembro del máximo Tribunal sostiene que hoy los pueblos indígenas se enfrentan a una serie de situaciones como sus derechos cercenados, desconocidos e ignorados por lo que la vigencia efectiva requiere de la actuación vigorosa e inmediata del Estado.

Como conclusión de su ponencia, el doctor Altamirano recomienda  la recuperación de los territorios tribales, la adjudicación legal de tierras a las comunidades para su sobrevivencia étnica, mayor atención por parte de las instituciones encargadas como los Ministerios de Agricultura y Educación, gobernaciones y municipalidades y que la administración de Justicia Penal reconozca en la práctica el Derecho de autogobierno de los pueblos indígenas.