El convenio, que surgió teniendo en cuenta que ambas instituciones poseen el mismo interés público y responsabilidad social de salvaguardar los archivos de la historia del Paraguay, se firmó entre el más alto tribunal de la República y el Colegio de Escribanos del Paraguay.

Consiste en que el colegiado concede en comodato a la Corte Suprema de Justicia un edificio para albergar el archivo de los protocolos notariales de los escribanos fallecidos, que se encuentran actualmente en la sede judicial, en el subsuelo 2, en el Archivo General de los Tribunales.

La presidenta del Colegio de Escribanos del Paraguay, Ana Manuela González Ramos, comentó que “lo firmado cumplirá una función orientada a la conservación del archivo, para constituirse tal vez en el patrimonio documental más importante del país. Nuestro país, de profunda tradición latina, ha adoptado el régimen documental de matricidad para la celebración de los actos jurídicos, y esta matricidad está dada precisamente por el uso de los protocolos notariales como soporte material para la redacción de las escrituras”.

“La firma de este convenio es un ejemplo de colaboración entre el sector público y el gremial, y marca un hito en la forma del buen hacer que es la base de cualquier alianza. A través de este convenio el Colegio de Escribanos cede en comodato un local de tres plantas, ubicado en O’Leary 950 c/ Humaitá, para albergar el archivo de los protocolos de los escribanos fallecidos. Como se sabe, esos protocolos están guardados acá en la sede judicial, en el subsuelo 2, en el Archivo General de los Tribunales, y se tendrá un lugar seguro para los protocolos notariales”, señaló González Ramos.

Por último, refirió que actualmente existe gran cantidad de protocolos de los escribanos que han fallecido, pero con un sistema de refrigeración, de conservación y de seguridad se lo pondrá a buen recaudo, incluso debe llevar la categoría de un museo o de un archivo con calificación, con codificación, que estará a cargo de la máxima instancia judicial.