El objetivo general del curso fue presentar la cuestión probatoria desde su concepción ideológica, partiendo de los antecedentes remotos que los relaciona con las ideas, para luego abarcarla desde la perspectiva inquisitiva o dispositiva y confluir luego en el régimen de la libertad probatoria, propio de la horizontalización del ejercicio del poder, esquemas republicanos, acorde con la constitución nacional vigente y los ordenamientos del sistema penal.

El enfoque del curso conclusivo, giró en torno a la valoración de la prueba pericial y la posibilidad de impugnación de la sentencia, específicamente a lo que se refiere a la valoración de la prueba. “Lo que tratamos con estos cursos es dar a los jueces, a los abogados litigantes, sean de la acusación o defensa, los elementos que tienen que tener en cuenta para hacer una valoración correcta de la prueba testifical”, manifestó el doctor Servín.

A su vez, remarcó la importancia de  tener en cuenta la forma conductual, de cómo se comporta el testigo a la hora de declarar, sino tener presente ciertos elementos como ser: que sus relatos sean coherentes, que haya corroboraciones periféricas, no solamente manifiesta sino también con otros datos y pruebas que demuestre lo que dice, que no hayan declaraciones oportunistas, entre otros factores.

“Es un curso muy importante y poco abordado de gran ayuda a los profesionales del derecho, además es una materia que no está incluida en la malla curricular de las facultades de derecho. Entonces aprovechamos en el curso para dar los elementos que deben ser analizados para ver la viabilidad de la prueba, porque finalmente todo pasa por si creemos o no”, concluyó diciendo.